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AGRICULTURA - Cereales
CULTIVO DEL TRIGO
CLIMA Y SUELO. Como todo vegetal, tiene sus exigencias de clima y suelo. En otras
palabras, requiere un óptimo medio para cumplir su desarrollo.
En términos generales el trigo es planta de climas templados y fríos, produciéndose en muy
diversos ambientes. En las mesetas de la América Central, donde las temperaturas se
mantienen ligeramente bajas, puede cultivarse también este cereal.
Los terrenos arcillosos y de margas son los mejores, y preferiblemente los arcillosos con un
buen contenido de cal. Cuando las tierras para trigo tienen un bajo contenido de materia
orgánica, es buena práctica cultivarlas antes con plantas que sirven de abonos verdes, tales
como las denominadas genéricamente leguminosas.
PREPARACION DE LA TIERRA. Conviene arar la tierra con la finalidad de enterrar el
rastrojo, o sea los tallos secos de las plantas que ocuparon el terreno el año anterior, como así
también las malezas, tan abundantes como perjudiciales en todo cultivo.
Desmenuzada la tierra en parte, necesita para completar su preparación el paso de las gradas
o rastras. Estas, las modernas, constan de discos unidos por un eje común que al girar los
pone en movimiento, triturando así los terrones. Existen rastras que poseen dientes fijos a
barrotes de hierro y que cumplen la misma misión que el modelo desaito.
Hecha esta primera labor, podrá la tierra almacenar humedad, la materia orgánica entrará en
descomposición y el suelo, que es un medio vivo, comenzará su proceso complejo de cambios
y reacciones de la más variada naturaleza. Actuarán los microorganismos, activando la vida
del suelo, y así lentamente llegamos al período en que la tierra está en condiciones de recibir
la semilla.
Es en este momento cuando debemos finalizar la preparación del suelo repitiendo la
operación anterior. Es decir, se vuelve a arar y a pasar gradas o rastras.
ABONOS. En los momentos en que se prepara la tierra, se procede, en algunas zonas en que
la agricultura es semiintensiva, a la práctica del abonado con la finalidad de restituir al suelo
elementos nutritivos.
En materia de fertilizantes, el trigo responde bien al nitrógeno. También el fósforo es
elemento de mucha importancia. En los suelos de fertilidad media generalmente se
recomienda la aplicación de fertilizantes de la fórmula 4124, o sea 4% de nitrógeno, 12% de
ácido fosfórico y 4% de potasa. El estiércol, las escorias y los fosfatos son muy usados en el
abonado de los terrenos destinados al cultivo del trigo.
Conviene destacar que en los lugares donde el trigo tiene verdadera importancia económica
no se practica el abonado.
SIEMBRA.
La máquina sembradora de trigo sustituyó al viejo e imperfecto sistema de
sembrar a voleo. Es decir, el agricultor ya no arroja la semilla sin control, sino que, por el
contrario, gobierna su distribución aprovechando la semilla al máximo.
En el momento de la siembra el agricultor debe escoger su simiente. Hay una gran cantidad
de variedades, de características muy diversas. El agricultor ha de tener mucho cuidado al
seleccionar la variedad, y la mejor práctica aconsejable es informarse por los mejores
agricultores de su zona o en una estación experimental acerca de la variedad más
conveniente. En casi todas las regiones importantes como productoras de trigo funcionan
estaciones experimentales especializadas que realizan trabajos de aclimatación y de obtención
de nuevas variedades, facilitando al productor las informaciones necesarias y a veces
pequeñas cantidades de semillas de nuevas variedades o grandes cantidades si se trata de
semilla ya probada como buena.
La precisión de la época de siembra depende de la zona y la variedad que se elija, pero en
términos generales podemos decir que se realiza en otoño, durante el invierno y en
primavera.
CANTIDAD DE SEMILLA POR HECTAREA. Es sumamente variable, dependiendo la
cantidad de la calidad del suelo, sistema de siembra, preparación de la tierra, época de
siembra, calidad de la semilla, variedad que se utiliza, etc., pero podernos dar como cifras
extremas 40 a 100 kilogramos por hectárea.
La máquina sembradora de trigo, que es un cajón prismático en cuyo interior existen
aberturas distanciadas a 2025 centímetros, realiza la tarea de siembra. Al ponerse en
movimiento la máquina los granos del cereal son guiados a través de estas aberturas hasta el
suelo, quedando sepultados a 1 ó 2 centímetros de profundidad.
COSECHA O RECOLECCION. Después de seis meses, en que la planta pasó por los períodos
conocidos y por los peligros que significan los pedriscos, la sequía, el exceso de lluvias, las
enfermedades y las numerosas plagas del campo, llega la época de la recolección.
La vieja hoz, relegada hoy a las pequeñas fincas, donde la mano de obra está a cargo de sus
dueños, ha cedido paso a las máquinas modernas, de mecanismo complicado. Una de ellas es
la espigadora, cuya parte principal consta de una barra cortante, con movimiento horizontal
de poca amplitud, pero vigoroso. La longitud de esa barra varía mucho; más comúnmente es
de cuatro metros. Para su arrastre se puede utilizar un tractor, o simplemente un tiro de
caballerías. Cuando la espigadora entra en acción, en los grandes cultivos, una jaula chata
recoge junto a ella el trigo cortado, que se deposita luego en el lugar donde se formará la
parva. Las parvas se hacen para evitar pérdidas y otros riesgos que correrían los granos ya
recogidos. En la parva termina el grano su maduración en unos diez o quince días. Una vez
maduro el grano, se procede a la trilla, operación en la cual queda separado el grano de la
espiga.
La espigadora también ha sido superada. Recientemente han tomado difusión unos tipos de
máquinas llamadas autocosechadoras o cosechadoras automotrices. Estas máquinas
presentan la enorme ventaja de efectuar la recolección y la trilla en forma simultánea. Para
comprender la perfección de la labor diremos que el trigo sale de estas máquinas embolsado.
Se emplean en el gran cultivo, en el momento en que los granos han llegado a la madurez
comercial.
Un inconveniente serio de las cosechadoras es la pérdida de granos, pues al estar sumamente
maduros, la susceptibilidad al desgrane espontáneo aumenta.
HACES DE TRIGO EN LA ERA
Después de cortado el trigo, cuando no se dispone de máquina cosechadora y se utiliza la
trilladora, los haces se dejan en pequeños montones para que el grano sazone y, una vez a
punto, trillarlo.
TRILLA. La trilla es la tarea final y se hace por separado con máquinas especiales cuando se
usan espigadoras. El mecanismo principal se reduce a una pieza cóncava con dientes de
varios centímetros, entre los cuales se deslizan a gran velocidad otros, insertos en un cilindro
rotativo.
Las espigas que pasan entre las piezas señaladas, dejan los granos de trigo en libertad y las
cubiertas, tallos y, en una palabra todo lo que sea cereal, es despedido hacia el exterior. Un
juego de zarandas efectúa la limpieza de los granos, los cuales son luego embolsados.
COSECHADORA AUTOMOTRIZ
Esta máquina, fiel exponente de la moderna mecanización del agro. Corta, trilla, limpia,
clasifica y ensaca el grano en una sola operación. El conductor la maneja con la misma
facilidad que un automóvil. Se des'ilaza en cualquier terreno, lo que permite llevarla de un
campo a otro, haya o no caminos adecuados, como a mentido ocurre en las extensas llanuras
americanas.
RENDIMIENTO. Existen en el mundo innúmeras variedades de trigo. Lógicamente los
rendimientos fluctúan, según las variedades, la zona, las condiciones climáticas del año y
muchos otros factores determinantes de que los rendimientos oscilen entre 600 y 4.000
kilogramos por hectárea.