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AGRICULTURA - Cereales
CULTIVO DE LA AVENA
PREPARACION DE LA TIERRA. SIEMBRA. Se tendrá
en cuenta que se trata de granos
pequeños y que la ocasional existencia de terrones, es decir, tierra no desmenuzada, es lo
suficiente para que la semilla que por azar se ubicase entre alguno de ellos, no germine. Es
importante entonces el trabajo prolijo de la tierra para asegurar el posterior desarrollo de las
plantas.
Puede efectuarse la siembra al voleo o con sembradora. Es más práctica la sembradora,
porque hace una distribución más uniforme y la semilla queda a profundidad suficiente y las
raíces en mejores condiciones para completar su desarrollo.
Igual que en el trigo, se efectuarán dos aradas y se pasarán gradas después de las operaciones
mencionadas. La preparación del terreno depende de su naturaleza y de las condiciones en
que se encuentre en el momento de iniciar las labores. Si el suelo ha estado ocupado con una
cosecha que se acaba de recoger, una grada de discos realizará fácilmente el trabajo de
preparación, enterrando al mismo tiempo tallos y residuos de dicha cosecha, con lo que se
aumentará el contenido de materia orgánica. De no ser así se harán las labores de romper y
cruzar, así como los pases necesarios de gradas, hasta dejar el terreno completamente
pulverizado.
La época de siembra está estrechamente ligada al tipo de avena, o más propiamente dicho, al
aprovechamiento de esta especie como forraje verde o alimento humano, en este último caso
bajo la conocida forma de avena arrollada. También con destino a la alimentación animal se
cosechan los granos, cuando se quieren obtener raciones sumamente concentradas.
Para la primera finalidad, es decir, para forraje verde, convienen las siembras tempranas,
generalmente en otoño.
Persiguiendo la segunda finalidad son necesarias las siembras tardías, que se efectúan en
primavera, pero en ambos casos deben realizarse en épocas tempranas, dentro de lo relativo
de las fechas indicadas.
Al elegir la semilla, el agricultor tendrá especial cuidado de asegurarse que la misma sea del
año anterior, pues el poder germinativo de la avena es bajo y muy perecedero.
CANTIDAD DE SEMILLA POR HECTAREA. En términos generales, se necesita igual
cantidad que para sembrar trigo.
Sin embargo, teniendo en cuenta el poder germinativo, o sea el porcentaje de plantas que
germinan, tendremos que elevar proporcionalmente los kilogramos por hectárea. Así, 80
kilogramos de semilla por hectárea es el término medio aproximadamente.
FERTILIZANTES.
En las zonas donde económicamente resulta la práctica del abonado se
aplicarán fertilizantes que tengan un alto contenido en nitrógeno, ya que éste es el elemento
de más importancia para la avena. Una fórmula 4124, aplicada al tiempo de sembrar y en la
cantidad de 200 a 300 libras por, acre, es recomendada por la estación experimental de
Virginia.
Si para una cosecha anterior el terreno ha sido intensamente fertilizado, en la próxima nueva
no es necesario hacerle aplicación de abono, salvo especiales circunstancias.
VARIEDAD DE AVENA. Existen en el mundo dos tipos de avena; blanca y amarilla. Ambos
grupos son los realmente importantes y dignos de tenerse en consideración, aunque no son
los únicos.
Tanto uno como otro, aunque lo que se dirá es más peculiar de las avenas amarillas, pueden
destinarse a los alimentos de los animales según dos procedimientos.
Si deseamos utilizar la planta en estado verde como forraje, habrá que sembrar temprano, y
después que los animales hayan pastoreado el avenal, convendrá pasar una grada, con la
finalidad de excitar las yemas de las plantas y favorecer así la reacción o el recuperamiento de
las mismas. Además, este trabajo deja al suelo más suelto, tarea sumamente beneficiosa si se
tiene en cuenta lo compacto del suelo sometido a un prolongado pisoteo de animales.
Son muchos los agricultores que acostumbran retirar los animales llegada la primavera, con la
finalidad de que las plantas produzcan granos.
En realidad en un avenal donde se persiga obtener granos, no convendrá permitir jamás la
entrada de animales, y esta práctica ha de ser sin duda la que dejará mayores rendimientos en
la cosecha del cereal.
COSECHA. La época de recolección depende lógicamente del uso que se le dé al producto. Si
es para alimento verde, puede cortarse desde que la espiga se forma hasta que está casi
madura. Si la cosecha se va a guardar sin ser trillada, el corte debe hacerse antes que las
plantas estén demasiado secas; cuando se cosecha para trillar, la mayor parte de los granos
deben haber cambiado de color y estar maduros. Si se va a usar como heno, puede cortarse
como cualquier gramínea utilizada para ese fin. La avena puede ser cortada y trillada
simultáneamente con las máquinas modernas llamadas "combine". La cosecha se realiza
generalmente con espigadora al término de 5 meses a partir de la germinación.
RENDIMIENTO.
Es sumamente variable, pudiendo alcanzar desde 1.800 kilogramos por
hectárea hasta 3.000.
USOS EN LA ALIMENTACION HUMANA. El principal producto es el conocido
vulgarmente con el nombre de quáker, que es avena blanca arrollada o aplastada. La harina
de avena mezclada con la de trigo, da un producto panificable.