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AGRICULTURA - La Agricultura en América
La investigación, en el campo de la Agricultura, puede decirse que en el momento histórico
actual se encuentra en su apogeo. América, lejos de permanecer indiferente a tal movimiento
científico, no sólo toma en él una parte muy activa, sino que está dando pruebas de ser la
dirigente de ese movimiento universal. Muchas instituciones experimentales trabajan a base
de programas encaminados a resolver problemas de la producción. Las más, naturalmente,
laboran con miras nacionales, o simplemente regionales, de acuerdo con particulares
ecologías y circunstancias. Otras,
también, con un radio mayor de acción, contribuyen, con
sus estudios de orden general, al mejoramiento de la agricultura en todo el continente.
Este continente, en visible afán de plantear y buscar solución a sus problemas agrícolas
característicos, facilitando así las relaciones económicas entre sus pueblos, realiza
periódicamente reuniones entre técnicos de sus países. Un ejemplo es la Conferencia
Interamericana de Agricultura, que se celebra cada dos años con sede en país distinto. En ella
se presentan y discuten cuestiones esenciales para la producción. Sus acuerdos se convierten
en verdaderos programas de trabajo futuro para los países representados, los cuales, con más
o menos precisión, intensidad y responsabilidad, van orientando su acción agrícola hacia los
cauces trazados en esas conferencias, que en definitiva tienden a otorgar a América unidad de
acción agrícola y armonía en sus fundamentales intereses.
No puede decirse que ese progreso ha llegado ya a su grado máximo, sobre todo si abarcamos
el panorama de la producción en sus aspectos tan variados. América es muy nueva aún y sus
posibilidades, como hemos anotado, no pueden calcularse. Sobre todo en los países de la
América latina, grandes extensiones de tierra se encuentran aún sin que la experta actividad
del hombre explote su riqueza. En el momento en que vivimos, el cual se caracteriza, como ya
se ha dicho, por una extraordinaria eficiencia de la Mecánica, se observa en el medio rural de
muchos de nuestros países, que mientras en aquellas regiones más o menos cercanas a los
grandes centros urbanos el agricultor emplea la electrificación y maquinaria de sorprendente
capacidad y rendimiento, en otras zonas apartadas la explotación agrícola se realiza en las
más primitivas y rutinarias formas desconociéndose, a veces, el uso del arado. Esos grandes
contrastes en los procesos de la producción, influyen mucho en el desenvolvimiento
educativo de las naciones, y hasta en la salud pública. Los núcleos aislados, que se retrasan
con respecto a la civilización, se nutren impropiamente, por razón de dietas deficientes en sus
contenidos vitamínicos, calorías, grasas, carbohidratos, proteínas y elementos minerales. Esa
circunstancia crea situaciones demográficas y sociales desventajosas para el conjunto de los
pueblos, desde el punto de vista de la existencia humana. Tiene también el inconveniente de
que aquellos núcleos, manteniéndose en un bajo nivel de vida, presentan un peculiar
problema en las relaciones de los países, pues entorpecen el comercio internacional que se
realiza, en términos generales, sobre la base de los productos de la agricultura y sus
industrias características, para adquirir los cuales aquellos núcleos casi siempre carecen de
capacidad adquisitiva, o no sienten, por falta de costumbre, su necesidad.
La evolución agrícola, y con ella la de la Sociología rural, estará determinada en lo futuro por
el grado de educación y de cultura a que se logre llegar en esos movimientos constructivos en
que intervienen los gobiernos y las instituciones. El mundo ha marchado con ritmo casi
vertiginoso por los caminos de la ciencia. Ha hecho muchas conquistas, de las cuales parte de
los hombres disfrutan y otra gran parte no. Es necesario que, hasta donde ello resulte posible,
sean muchos los que gocen de tales conquistas científicas, y que éstas tengan por finalidad
dar al hombre una vida mejor.
Hay que confiar en los beneficios de la educación de esos apartados núcleos rurales, sobre
todo de las nuevas generaciones, las cuales tienen ya el alma mejor preparada para una
comprensión más fácil de los nuevos métodos, y tienen, igualmente, un sentido algo más
racional de las actividades productivas.
Otro factor evolutivo es, y lo será más aún en el porvenir, esa clase de individuo educado,
que, teniendo un bagaje de conocimientos fundamentales, y un sentido moderno de las
industrias y de las producciones en general, va hacia el campo, atraído por las maravillosas
oportunidades que brinda la naturaleza a los individuos de coraje y de imaginación. Ese
hombre es capaz de ir aplicando, sin vacilaciones, los conocimientos adquiridos, y, sobre
todo, los que adquiera a través de sus propias observaciones y de los libros.
Con aquellos núcleos juveniles salvados del atavismo y de la rutina, y con estos elementos
enérgicos que van de la ciudad al ambiente rural, no como aventureros, sino como hombres
de acción metódica, armados de conocimientos y herramientas que la técnica moderna pone
en sus manos, la vida rural llegará a alcanzar en América el altísimo nivel que las condiciones
naturales del continente habrán de permitirle.