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AERONAUTICA - El vuelo y la meteorología
EL ALTIMETRO COMUN Y EL RADIOALTIMETRO
El instrumental y los equipos de aterrizaje a ciegas reducen a un mínimo los peligros de
niebla, bruma y nubes bajas, pero deberán conocerse muy bien las condiciones en que se
forma la niebla, debiendo el piloto observar minuciosamente la proximidad del punto de rocío
y la temperatura. Durante los períodos de turbulencias, la velocidad debe reducirse para
disminuir las probabilidades de daños estructurales debido a las grandes cargas impuestas
por las ráfagas. Otro factor que debe considerarse al volar teniendo en cuenta las condiciones
del tiempo es que cuando el aire se caracteriza por su elevada temperatura y humedad o
cuando el campo de aterrizaje está a gran altura, se desarrollará menos sustentación, y no
puede esperarse la misma performance que si se efectuase en condiciones normales. El
altímetro, aparato que nos indica la altura, sufre por los cambios de la presión y dará una
lectura errónea en condiciones variables de la misma. Al volar de una zona de alta presión
hacia una región de baja presión, el altímetro tenderá a indicar una altitud mayor que la que
su caja tiene en realidad, ya que el altímetro mide el peso de la columna de aire
inmediatamente encima del instrumento. Por ejemplo, el altímetro que en un avión indica cero
al decolar en Nueva York (donde la presión es de 750 mm. Hg al nivel del mar) y vuela hacia
Río de Janeiro (donde la presión reducida al nivel del mar podría ser de 700 mm. de Hg)
registrará 300 metros sobre la bahía de Río, cuando el avión esté en realidad volando
exactamente sobre el agua. Esto es debido a la diferencia de las características de presión de
las dos masas de aire sobre Nueva York y Río de Janeiro durante el tiempo en que el vuelo se
efectúa. (El mismo avión se encontraría en un aire menos denso si "trepara" sobre la bahía de
Nueva York donde la presión, a una altura de 300 metros, fuese también de 700 mm. de Hg).
La circunstancia de que un altímetro es en realidad un barómetro y no un instrumento que
registra la altura sobre el suelo, hace necesario que el piloto corrija su altímetro
constantemente para que el mismo corresponda a las condiciones al nivel del mar del aire a
través del cual está volando. Cuando el piloto deja Nueva York, por ejemplo, deberá controlar
la indicación del altímetro de acuerdo con los distintos pronósticos del tiempo de las
estaciones a lo largo de la ruta, de manera que, en todo momento, su altímetro indique la
altura sobre el nivel del mar correspondiente a
la zona a través de la cual se vuela.
Consultando las cartas aeronáuticas, el piloto puede determinar la altura sobre el terreno. Los
graves peligros causados por interpretar incorrectamente las indicaciones de un altímetro no
corregido, disminuyen si se emplean los radioaltímetros, los cuales en lugar de dar una lectura
relativa (altura en relación a la lectura cero sobre el terreno o a la indicación al nivel del mar
para la masa de aire en la cual fue calibrado), dan la altura del avión sobre el terreno en
cualquier condición, ya que las ondas radiales se hallan libres de los errores de presión. Otras
adaptaciones de la radio e instrumentos de radar pueden aumentar la seguridad en los
pronósticos sobre el tiempo y la seguridad del vuelo a instrumental, en un grado muy
apreciable, dentro de muy pocos años.