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AERONAUTICA - Propulsión del avión
PROPULSION A CHORRO
Con el advenimiento de los principios de propulsión a chorro o de reacción, se han alcanzado
velocidades extremadamente altas. El motor de chorro funciona con mayor eficiencia cuanto
más alto y rápido se vuela. Aunque dicho principio fue descubierto hace más de 2000 años, los
materiales necesarios para soportar las altas temperaturas que habrían de desarrollarse, no
fueron obtenidos hasta la tercera década de este siglo. Esto permanece aún en el presente,
como uno de los problemas más serios de la utilización del funcionamiento de los motores de
reacción. El primer vuelo logrado por la reacción de los gases tuvo lugar en agosto de 1940,
con un avión diseñado por un ingeniero italiano llamado Campini. El desarrollo de este medio
de propulsión ha sido llevado a cabo principalmente por la aeronáutica militar, y los primeros
combates se hicieron con los aviones Messerschmitt 163 y 162 durante la última guerra. El
principio de la reacción ha tenido también aplicación en cohetes y proyectiles comandados,
como así también para dotar de fuerza a hélices de aviones convencionales o palas de
helicópteros.
TURBINA DE REACCION A CHORRO QUE MUESTRA LA CIRCULACION DE LOS GASES
El aire penetra por una toma dinámica y es comprimido por un compresor centrifugo (1); este
aire comprimido pasa por conductos (2) a la cámara de combustión (3). El combustible es
introducido en la cámara de combustión por intermedio de una serie de pulverizadores de
combustible. La mezcla combustible es inflamada y los gases inflamados adquieren una
presión muy elevada pasando a través de la turbina (4) e impulsando la rotación de la misma.
Salen luego a gran velocidad por el caño de escape, produciendo de esta manera el empuje. La
turbina, impulsada por los gases inflamados, produce la rotación del eje que le es solidario (5),
el cual a su vez hace girar al compresor centrífugo. En los motores de propulsión y turbina de
reacción, el eje también lleva la hélice montada al mismo (5). En el diagrama del ángulo
derecho inferior (A) se ve una cámara hermética. La presión en su interior es uniforme en
todas las direcciones. La cámara (B) tiene una perforación, y la reacción del gas comprimido,
al escapar, produce el empuje en la dirección opuesta a la salida de los gases, como lo
demuestran las flechas.
Cuando un niño libera el pico de un globo de juguete lleno de aire, comprimido en ese espacio
por la fuerza de sus pulmones, está, en realidad, utilizando el principio de la reacción.
Mientras la salida está cerrada, la presión contra las paredes interiores del globo es
completamente uniforme. Cuando se suelta la entrada, sin embargo, el aire que escapa
produce una reacción que hace que el globo dispare en dirección contraria a la del aire
arrojado. Este es un buen ejemplo de la tercera ley de movimiento de Newton, que dice que
por cada acción hay una reacción igual y opuesta. El aire que escapa por el pico hace que el
globo se mueva en la dirección opuesta con una fuerza igual a la suya.
Siguiendo el flujo del aire a través del motor de reacción, vemos que el mismo entra por el
conducto de admisión pasando a un compresor o turbina, que consiste en una rueda que gira
a alta velocidad y que tiene unas extensiones en forma de aletas sobre su periferia. La rotación
de esta turbina comprime el aire y lo envía a la cámara de combustión, donde es calentado por
el quemador de keroseno u otro tipo de combustible adecuado. Al pasar por la cámara de
combustión, el aire, bajo una presión enormemente aumentada, fluye tras una turbina
accionándola a gran velocidad. Al continuar a través de una tubería de la cola, ya a altas
velocidades, y escapar, el aire crea el efecto de tracción necesario. Las cámaras de combustión
son autoencendidas una vez que el motor ha sido arrancado. El eje, que absorbe parte de la
potencia de la turbina, sirve para accionar la misma; además, puede ser preparado para mover
una hélice, y en este caso el motor se llama de tipo hélice de reacción.