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AERONAUTICA - Principios de la navegación
EL RUMBO
El navegador usa el término rumbo para indicar la dirección en que el avión
se orienta o
mueve con respecto a la masa de aire que lo rodea. Este rumbo está dado por la lectura de la
brújula del avión. No obstante, cuando el viento desplaza a toda la masa de aire sobre la
Tierra, la trayectoria del avión con respecto al suelo no coincidirá con el rumbo, a menos que
el avión haya estado volando exactamente a favor o contra el viento. La trayectoria que la
sombra del avión proyecta sobre la Tierra se conoce con el nombre de paso o huella y puede
ser trazada sobre la carta. Al proyectarse el curso de un vuelo, se traza sobre dicha carta una
línea desde el punto de partida al de destino. Midiendo el ángulo que forma esta línea con el
Norte verdadero, se obtiene el rumbo de un punto respecto del otro. Aplicando una corrección
para anular la deriva del viento, el navegador puede decidir en qué dirección debe orientar el
avión para volar sobre el rumbo correspondiente. Con el objeto de llevar este rumbo
verdadero
("verdadero" significa, en este caso, cualquier relación que pueda ser trazada
exactamente o medida sobre una carta), el aviador debe aplicar las correcciones magnéticas
correspondientes, a la lectura que indica la brújula en la cabina.
Como el polo magnético no es igual al polo norte geográfico (el polo magnético se halla
situado al norte del Canadá), existe una variación angular entre los dos polos desde casi todos
los puntos de la superficie terrestre. Las líneas agónicas, o líneas imaginarias que conectan
puntos de igual variación magnética, no son rectas como podría creerse, sino curvadas por
atracciones magnéticas locales provocadas por depósitos minerales, etc. Como las partes
metálicas del avión también alteran la lectura de la brújula, este error (desviación) se computa
en cada avión, para distintos rumbos, en una tabla de desviaciones establecida para uso del
navegador. La variación y la desviación corresponderán a una corrección de pocos grados en
"más" o en "menos".
De esta manera puede verse que la brújula magnética es uno de los instrumentos básicos de
navegación. El principio del funcionamiento de la brújula es la fuerza magnética terrestre. La
brújula del avión podría compararse con una aguja o anillo magnético suspendido en un
recipiente en el cual oscila, con un fluido para amortiguar los movimientos ocasionales. La
aguja es atraída hacia el polo magnético, cualquiera sea el rumbo que el avión tome. El
movimiento relativo del avión alrededor de esta aguja es medido por una escala en el aro de la
brújula, siendo este movimiento indicado con respecto a una línea de referencia o línea de fe,
marcada sobre el recipiente. A pesar de dar una buena indicación de la dirección, el uso de la
brújula está sujeto a muchos errores, además de la variación y de la desviación. Con vientos
fuertes, la brújula oscila dando indicaciones erróneas a menos que se mantenga el vuelo
horizontal.
Aunque la deriva puede ser computada en vuelo según el resultado del rumbo, la velocidad
terrestre y la velocidad indicada, los navegadores cuentan generalmente con derivómetros de
mesa o instalados en el avión. En el piso del avión se coloca un vidrio circular montado de
manera que pueda girar libremente, y marcado en grados a izquierda o derecha de una línea
de referencia central. Al moverse la Tierra bajo el avión, se hace girar el círculo de manera que
los retículos o líneas del derivómetro se alineen con el movimiento aparente de la Tierra. Una
aguja marca el número de grados que el círculo ha girado, indicando la deriva en un cierto
número de grados a la izquierda o derecha.