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ADMINISTRACION DE NEGOCIOS – Seguros
Dedicarse a los negocios implica la presunción de riesgos, sobre algunos de los cuales el
gerente no puede tener ninguna clase de control, y otros sobre los que no tiene control, pero
contra los que puede proteger a su compañía (ya sea en forma parcial o completa) por medio
de seguros. Por ejemplo, es poco lo que un gerente puede hacer para protegerse contra
pérdidas originadas por una depresión. Es cierto que dirigiendo y operando en su negocio con
gran cuidado, él podrá, si se anticipa a ello, trazar los rumbos para la compañía, de modo que
las pérdidas sean reducidas a un mínimo. Por ejemplo, podrá reducir sus existencias de
materia prima, trabajo en proceso y mercadería terminada, para circunscribir a un mínimo las
pérdidas que puedan provenir de este origen, pero aun aquí se llega prácticamente a un
límite, por debajo del cual no se puede continuar operando sin riesgos. Poco será también lo
que pueda hacer para contrarrestar los efectos ocasionados por una guerra de precios.
Circunstancias políticas de todo tipo afectan al negocio en una forma que está por encima del
control de cualquier gerente.
Sin embargo, existen pérdidas contra las cuales podrá protegerse. Por ejemplo, las pérdidas
originadas en un incendio que destruye su fábrica pueden ser contrabalanceadas, por lo
menos en parte, por los pagos que se obtengan de seguros contra incendios. La falta de una
política adecuada de seguros, como sería ésta, podría obligarlo a cesar en su negocio. Aun en
el caso de que ocurra un incendio en su fábrica y que se hayan contratado seguros adecuados,
tanto para el edificio como para su contenido, el negocio podrá sufrir grandes pérdidas
debido a las demoras necesarias para la reconstrucción y los costos originados en el ínterin
por pérdidas de ganancias, por la mudanza a otro edificio y por el alquiler que se pague. Aun
estos costos adicionales pueden ser asegurados por medio de pólizas adecuadas a estos
riesgos. Actualmente se pueden obtener seguros contra muchos tipos de pérdidas, y un
gerente cuidadoso hará bien en investigar aquellos tipos que puedan afectar en particular a su
negocio. En este capítulo nos vamos a interesar particularmente en los tipos de seguros más
importantes, y que son aquellos en los cuales los hombres de negocios están o deberán estar
más interesados. Pero, antes de discutir los riesgos típicos y los seguros que se pueden obtener
contra ellos, haremos algunas observaciones generales concernientes a los seguros y los
hombres de negocios.
Es de importancia primordial que todo hombre de negocios tenga un conocimiento básico de
los seguros. Deberá conocer la naturaleza de los riesgos dentro de su negocio, y los tipos de
seguros obtenibles. Si él necesita contratar un crédito con un banco u otros inversores, éstos
naturalmente desearán saber si está adecuadamente protegido, por lo menos para cubrir su
préstamo. Por ejemplo, si toma una hipoteca sobre sus edificaciones, deberá contratar seguros
contra incendios antes que se la concedan, y la póliza deberá ser endosada a nombre de los
que otorgan la hipoteca para proteger sus intereses en el edificio.
Como es probable que al gerente comercial le preocupen otros aspectos de su negocio, en los
cuales, sin duda, será un experto, normalmente confiará en su agente de seguros para que éste
le aconseje y le haga las sugestiones necesarias. Por lo tanto, al elegir este agente, deberá tener
cuidado de no seleccionar a uno a quien sólo interese obtener la póliza y, por ende, sus
comisiones, sino que elegirá a un hombre que tenga interés personal en sus asuntos de
seguros. Al hacer esto, sin embargo, el agente deberá estar informado del desenvolvimiento
del negocio, de la naturaleza de sus transacciones, etc., pues sin tal información ni aun el
mismo agente podrá descubrir aquellos riesgos para los cuales se puede presumir la
necesidad de protección. Algunas compañías entregan a sus agentes de seguros cada año
todas sus pólizas, junto con los documentos, etc., para que sean analizados; entonces se hacen
las sugestiones necesarias para reajustar los montos, de modo de adaptarlos a la situación
corriente. Además, el agente deberá aclarar al gerente cuáles son los riesgos cubiertos por la
póliza y cuáles no lo están; también es muy importante investigar todos aquellos riesgos que
no están cubiertos, con el mismo cuidado con que se estudian los que han sido asegurados. El
agente también deberá aclarar a su cliente algunos de los detalles técnicos de la póliza, que
probablemente no le sean familiares. Por ejemplo, el principio de coaseguración, ciertamente
no es ni muy conocido ni comprendido. Cuando esto ocurre, suele darse el caso de que más de
un gerente se sobresalte al verse ante una pérdida y enterarse de que él estaba considerado
como el coasegurador de parte del riesgo juntamente con la compañía de seguros, y que ésta
sólo pagaría la parte que le corresponde de la pérdida. El agente y el asegurado deberán
tomarse todo el tiempo necesario para revisar la póliza sección por sección, de modo que sea
perfectamente entendida por todos. Deberá comprender la diferencia que hay entre el juego y
el seguro e interpretar las limitaciones implícitas en el principio del interés asegurable. Esta
clase de relación entre el agente y el asegurado probablemente dará por resultado que los
riesgos sean mejor cubiertos y promoverá la continuación de buenas relaciones entre las dos
partes interesadas.
Otro servicio que un agente de seguros puede y deberá ofrecer, es analizar los riesgos desde el
punto de vista de la reducción de los costos del seguro. Por ejemplo, en el caso de seguro
contra incendio, al efectuar ciertos cambios estructurales en el edificio y proveerlo de baldes,
mangueras de incendio, etc., se podrá reducir la prima. Lo mismo ocurre en los seguros contra
accidentes, pues, al reducir los peligros por medio de condiciones de trabajo más seguras,
también se podrá reducir la prima. Una contribución particularmente importante del agente
es efectuar un estudio cuidadoso sobre el monto adecuado del seguro. De ser inadecuado, el
asegurador tendrá un brusco despertar. Por ejemplo, si el seguro contratado 10 años antes, por
un monto que entonces parecía adecuado, no se hubiese reajustado para contemplar los
subsiguientes aumentos en los costos de construcción y el aumento general de los precios.
El agente de seguros deberá mostrarse activo, no sólo al vender las pólizas, sino también al
prestar su ayuda para el cobro de las pérdidas cubiertas por medio de pólizas de seguro.
La elección de la compañía de seguros es importante. Antes de efectuar compromisos por
seguros, deberá investigarse la estabilidad financiera de la compañía, averiguando
particularmente si se trata de una compañía por acciones o una compañía mutual. Otros
factores dignos de considerar son los siguientes: una estadística sobre la compañía en lo que se
refiere al pago de siniestros; la liberalidad de sus contratos; costos del contrato y los servicios
que ofrezca para ayudar a reducir los costos de las primas.