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SÍFILIS

TRATAMIENTO DEL BUBÓN SIFILÍTICO


Se debe procurar la resolución por todos los medios posibles, pues la supuración prolonga el tratamiento, y deja vestigios indelebles. A este fin se aplica la tintura de iodo sobre el tumor dos veces por día con pincel, y encima una cataplasma de linaza o de fécula.

El enfermo observará el mayor reposo, y tomará internamente las preparaciones mercuriales o las de ioduro de potasio, si la coexistencia de los chancros no le ha obligado antes a sujetarse a este tratamiento. Estas preparaciones son: píldoras de protoioduro de mercurio simples, licor de Van-Swieten, o ioduro de potasio disuelto en agua.

Con objeto de resolver el tumor, se puede también recurrir a la aplicación de un vejigatorio, que después se cura con pomada mercurial simple. Así misino para resolver los bubones se puede emplear el emplasto de Vigo.

Si a pesar de este tratamiento la supuración se hubiese formado lentamente, como en algunos tumores escrofulosos, si el foco fuese vasto, la piel violácea, despegada, o si existiese ingurgitamiento doloroso alrededor del absceso, en lugar del bisturí, empléese la potasa cáustica o los polvos de Viena.

Si el tumor sigue estacionario, si a pesar de todas las aplicaciones locales, y de los antisifilíticos administrados internamente por largo tiempo, no tendiese a la supuración ni a disiparse, aplíquese una compresa empapada en solución mercurial cáustica (1 gramo de sublimado para 30 gramos de agua destilada); favorézcase la caída de la escara con cataplasmas de linaza, y manténgase la supuración merced a aplicaciones estimulantes, como, por ejemplo, de ungüento de Genoveva, digestivo simple, o digestivo animado, ungüento de estoraque, etc.

La úlcera que resulta de la abertura de un bubón por medio del bisturí o de la potasa cáustica, se debe curar con hilas untadas con cerato, con pomada mercurial; o si la inflamación es intensa, con cataplasmas de linaza.

Si el estado atónico de los tejidos impidiese la curación, tóquense con piedra infernal, y cúrense con hilas mojadas en licor de Labarraque, solución de cloruro de cal, de sublimado, vino aromático, o cubiertas con algún ungüento estimulante.

En el caso de que la cicatrización sea retardada por la diátesis escrofulosa o escorbútica, convendrá unir a los antisifilíticos los medicamentos que reclaman dichas complicaciones.

Cuando existen trayectos fistulosos, cauterícense con piedra infernal, o háganse inyecciones con tintura de mirra, tintura de iodo, o con solución de intrato de plata. Córtense con tijeras todas las sinuosidades y las márgenes de la úlcera, si estuvieren despegadas. Si, a pesar del empleo del nitrato de plata, de las aplicaciones emolientes, narcóticas, o de las curaciones con vino aromático, la herida quedase estacionaria o continuase avanzando, aplíquese sobre ella un vejigatorio, o espolvoréese con cantáridas en polvo. Veinticuatro horas después cúrese la herida con hilas empapadas en vino aromático.

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