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PREÑEZ Y PARTO

ACCIDENTES DEL PARTO NATURAL


1° Debilidad de las contracciones uterinas, o inercia.
Si el trabajo del parto dura veinte y cuatro horas, preciso es administrar el cornezuelo de centeno, 50 centigramos (10 granos) tres veces, de 10 en 10 minutos. Ergotina Boujeau. Pero para esto el cuello uterino debe estar dilatado. Si se temiera la extensión extrema del útero, la rotura de las membranas facilitará el trabajo. Cuando estos medios no son suficientes aplíquese el fórceps o hágase la versión.

2° Rigidez del cuello.
Es simple o espasmódica. En el primer caso, las márgenes del orificio son gruesas, blandas, sin que, no obstante, la dilatación haga progresos; va acompañada de dolores en los riñones. A semejante estado se opondrán los semicupios de agua tibia.
En el secundo caso (rigidez espasmódica) las márgenes son delgadas, tiesas, resistentes, sensibles; débese aplicar en el cuello pomada de belladona, o hacer incisiones multiplicadas.

3° Hemorragia.
Hemorragia uterina durante el embarazo. Esta hemorragia procede del desprendimiento prematuro de la placenta; y este depende, por lo común, de la inserción de la placenta encima del orificio uterino. En este caso preciso es romper con el dedo las membranas, y esperar el parto. En los casos graves, llenar la vagina de hilas: este tamponamiento puede provocar el parto, cortando el mal por la raíz. En los casos gravísimos, proceder al parto forzado; al efecto, practicar la versión del feto si la cabeza está sobre el orificio del útero; o aplicar el fórceps cuando la cabeza se halla en la excavación de la pelvis.
Hemorragia uterina después del parto. Aplicar sobre el vientre paños mojados en agua fría y vinagre. Bebidas frías y acídulas. Extraer la sangre coagulada, los pedazos de placenta, etc., que dilatan el útero. Introducir la mano dentro de este órgano para excitarlo y provocar las contracciones. El cornezuelo de centeno, la ergotina, el alumbre, el nitro, la ratania y las inyecciones astringentes, han sido también aconsejados. Poción de ergotina de Bonjean. Poción con percloruro de hierro. La hemorragia que sobreviene cinco o seis días después del parto debe ser tratada por el tamponamiento.

4° Inmovilidad de la cabeza.
A veces la cabeza se detiene en la pelvis pequeña, hallándose comprimida por el estrecho superior. Entonces no tienen efecto las contracciones uterinas. Difícil es quitar la cabeza de su sitio; sin embargo, debe intentarse este medio en el intervalo de las contracciones. Si esto fuese ineficaz, y la cabeza permaneciera en el mismo lugar más de tres horas, échese mano del fórceps.

5° Convulsiones (eclampsia).
A menos que no existan contraindicaciones formales derivadas de un estado anémico muy acentuado, practíquese una sangría. Aplíquense en la cabeza paños mojados en agua fría. Adminístrense unas cucharadas de agua con azúcar y con agua de flores de naranjo o infusión de hojas de naranjo. Adminístrense, a cucharadas, la poción antiespasmódica opiada, bromuro de Falieres (jarabe y gránulos). Acelérese el parto con el fórceps o haciendo la versión, si fuera posible. Rómpanse las membranas al principiar el parto. Cuídese de que la enferma ni magulle contra algún cuerpo cercano; repélese la lengua hacia el fondo de la boca, cuando se presente entre los dientes y póngase entre estos un pañuelo doblado. Si sobreviene el coma, aplíquense sinapismos y vegigatorios en las piernas.

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