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PREÑEZ Y PARTO

APLICACIÓN DE FÓRCEPS EN EL PARTO


El fórceps es una especie de pinzas de dos ramas, en cada una de las cuales se distingue la parte que agarra, el punto de unión, y los cabos o mangos. La parte que agarra es una especie de cuchara, penetrada por una ancha hendidura, encorvada sobre la superficie plana para acomodarse a la forma redondeada de la cabeza del feto, y encorvada también sobre sus bordes para adaptarse a la curvatura de la excavación de la pelvis.

El fórceps solo se aplica sobre la cabeza. Siempre que sea posible, debe agarrar esta parte del cuerpo por su diámetro bi-parietal.

Casos que exigen la aplicación del fórceps.
1° Para suplir las fuerzas exhaustas de la madre en la inercia del útero.
2° Para acelerar el parto cuando sobrevienen hemorragia, síncope, convulsiones o el prolapso del cordón umbilical.
3° Para ayudar en su salida a la cabeza cuando existe algo de estrechez en la pelvis.

Muchas veces el fórceps bien aplicado, aun en el parto sin complicaciones, favorece el trabajo sin hacer correr peligro a la madre.

Reglas que deben seguirse en la aplicación del fórceps.
Nunca se debe tratar de hacer uso del fórceps antes que el orificio uterino esté suficientemente dilatado, antes de introducirlo se debe untar con aceite de olivas o con alguna otra sustancia grasa. Cada rama se introduce aisladamente; debe ser guiada por la mano que la abraza, hasta penetrar por entre el cuello uterino y la cabeza de la criatura; se introduce vagarosamente, con suavidad y casi sin esfuerzo, por presiones graduadas. Generalmente la rama derecha es la primera que se introduce, después la rama izquierda, y se unen introduciendo la muesca de esta última en la rosca de la primera. Una vez articuladas las ramas, la rosca debe estar hacia arriba. Cuando la primera rama del fórceps se ha introducido hasta la altura conveniente, se entrega al ayudante para que él la asegure así, mientras el comadrón introduce la rama segunda. Las cucharas deben aplicarse siempre a las partes laterales de la cabeza. Hecha la unión de ambas ramas, se cierran hasta un cierto punto; y para asegurarse que ninguno de los tejidos de la madre se halla cogido entre el fórceps y la cabeza de la criatura se ejecutan algunas tracciones. No se debe extraer la cabeza con violencia. Las tracciones deben ser continuas y acompañadas de suaves oscilaciones hacia la derecha y hacia la izquierda, a fin de no contundir las partes; tampoco se debe tirar en línea recta, sino siguiendo sucesivamente los ejes del estrecho abdominal, de la excavación y del estrecho perineal. Deben tenerse presentes los diversos movimientos que la cabeza ejecuta para entrar en la fila ósea de la pelvis. En el último tiempo de la maniobra conviene sostener el perineo.

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