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LUXACIONES O DISLOCACIONES

TRATAMIENTO DE LAS LUXACIONES DE TIBIA


Pronóstico.
Las luxaciones simples de la rodilla, reducidas sin demora, en general no ocasionan daño inmediato; solo subsiste por largo tiempo debilidad ni la articulación fémoro-tibial. Pero estas luxaciones a veces se complican con contusiones, compresión o laceración de las arterias o de las venas. Las luxaciones acompañadas de solución de continuidad de los tegumentos son muy graves.

Tratamiento.
La reducción de las luxaciones de la tibia es generalmente fácil. Se practica acostando al enfermo boca arriba en la cama, y sujetándole el cuerpo por medio de una sábana como en la luxación de muslo; un número suficiente de ayudantes practican la extensión tirando directamente de la pierna con las manos, o con vendas cruzadas sobre los tobillos. Entonces el operador, aplicando las palmas de las manos sobre las extremidades de los huesos dislocados, las comprime opuestamente hasta reponerlas en sus sitios.
Cuando la luxación es hacia adelante, apóyase de atrás hacia adelante en el fémur y de adelante hacia atrás en la parte superior de la tibia; facilítase la reducción doblando la pierna sobre el muslo.
Si la luxación es hacia atrás, se comprime en el sentido contrario.
Cuando la dislocación es lateral, se apoya sobre las tuberosidades de la tibia y en los cóndilos del fémur, de dentro a fuera y de fuera a dentro, según la dirección de la dislocación.

Hecha la reducción, el doliente quedará en cama; en la cuarta y aun en la sexta semana se imprimirán al miembro movimientos un tanto extensos, y el enfermo deberá andar.

Si hubiere rotura de vasos, o una ancha abertura de la articulación, con grandes dilaceraciones de las partes blandas, la amputación entonces vendrá a ser necesaria algunas veces.

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