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LUXACIONES O DISLOCACIONES

LUXACIONES DE LA MANDÍBULA INFERIOR


La mandíbula inferior puede solamente dislocarse hacia adelante, esto es, los cóndilos pueden salir de las fosas glenóideas hacia la parte anterior de la raíz transversal de la arcada zigomática. La dislocación puede ser de un solo lado (luxación sencilla o unilateral) o de ambos lados (luxación doble o bilateral).

Prodúcense en el acto de bostezar, gritar, vomitar, o durante las convulsiones; o tienen por causa violencias exteriores que abajan la mandíbula, como por la introducción de un cuerpo voluminoso en la boca, por la extracción de un diente, por una coz, etc.

Síntomas.
1° En la dislocación doble la boca queda muy abierta y no puede cerrarse; las arcadas dentarias se apartan una de otra en la parte anterior, mientras; que en el fondo de la boca los dientes están cerrados; los dientes de la mandíbula inferior quedan dirigidas hacia adelante. El enfermo no puede juntar los labios; la saliva corre involuntariamente; la pronunciación es difícil, la deglución imposible. Hay una depresión delante del conducto auditivo externo correspondiendo a la salida del cóndilo, y una prominencia, de la apófisis coronóidea que está hacia arriba y hacia adelante.
2° En la dislocación sencilla la boca esta igualmente abierta, pero no tanto; la punta de la mandíbula queda inclinada hacia el lado opuesto a la dislocación. En el lado sano la cara se pone cóncava; en el lado listado achatada. Hay una depresión delante del oído, solo de un lado. La articulación de los sonidos es defectuosa, la saliva sale involuntaariamente y existe dificultad de tragar.

Tratamiento.
Para reducir la luxación doble se procede del modo siguiente:
Siéntese el paciente en una silla baja con la cabeza reclinada sobre el pecho de una persona que la sostiene con ambas manos puestas encima de ambas orejas. El operador, colocado frente al paciente, le introduce a este en la boca sus dedos pulgares envueltos en paños, de modo que las yemas queden sobre los dientes molares interiores, y las palmas de ambas manos por cada lado de la mandíbula. Apoyando entonces con fuerza primero directamente hacia abajo, y después moviendo la mandíbula suavemente hacia atrás, los cóndilos resbalan con facilidad hacia su sitio.
Si la dislocación es sencilla, el operador ejercerá mayor fuerza en el lado dislocado, y hacia este mismo lado moverá suavemente la mandíbula.
Obtenida la reducción, es necesario asegurar la inmovilidad de la mandíbula durante algunos días, a fin de permitir la cicatrización de las partes rasgadas y de precaver las recaídas.

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