Inicio    |    Guia Medica    |    Luxaciones o Dislocaciones

 

.

LUXACIONES O DISLOCACIONES

LUXACIÓN SUB-CORACÓIDEA


Es la más frecuente de todas. Caracterízala la prominencia de la cabeza del húmero en la cavidad de la axila un poco hacia arriba, y su situación debajo de la apófisis coracóidea.
Sus causas son: la caída sobre la mano o sobre el codo apartado del cuerpo; a veces la elevación forzada del brazo por una causa exterior.

Síntomas.
Deformación del hombro, el cual en vez de ser redondeado está achatado, sobre todo en la parte posterior. El acromion hace un bulto muy notable. Comprimiendo las partes blandas del hombro, puede reconocerse la cavidad glenóidea. La cabeza del húmero descansa en el borde anterior de la cavidad glenóidea. El codo queda apartado del tronco, el brazo vuelto hacia afuera y estirado, el antebrazo en flexión, el tronco inclinado del lado enfermo. Los movimientos espontáneos de la articulación se hacen difíciles; los movimientos comunicados son dolorosos. El enfermo se queja de dolor en el hombro, y muchas veces se manifiesta la equimosis en la cara interna del brazo.

Tratamiento.
Los procederes de reducción son varios:
1° El cirujano, sin que el enfermo sospeche su designio, pasa su brazo izquierdo debajo del sobaco del enfermo, y apoya fuertemente sobre el codo su mano derecha. De esta suerte transforma el húmero luxado en una palanca y lo reduce.
2° Sentado el enfermo en el suelo, un ayúdame mantiene fijo el omóplato, y el operador levanta el brazo alejándolo del tronco y haciéndole describir un arco de círculo hasta que casi quede vertical; el operador pone entonces una de sus manos debajo del brazo, y abaja el brazo del paciente acercando el codo al tronco. Un crujido particular anuncia que la cabeza del húmero ha vuelto a ocupar la cavidad glenóidea.
3° Acostado el enfermo en la cama, el cirujano practica la extensión derecha tirando del brazo hacia arriba, y él mismo hace la contra-ex tensión apoyando en el hombro con la otra mano.
4° Por medio de la rodilla. Para ejecutarlo, el paciente se sienta en una silla baja. El operador se coloca de pie al lado de la parte lisiada y un tanto hacia atrás; apártale el codo del tronco para poner su rodilla debajo del brazo enfermo; después, apoyando el pie en el borde de la silla, aplica una de sus manos sobre el acromion, coge con la otra el brazo cerca del codo, y lo abaja aproximándolo al cuerpo de modo que se imprima a la cabeza del húmero un movimiento de dentro hacia afuera.
Si estos procederes suaves no dan resultado, será preciso acudir al proceder de fuerza.
5° El paciente se sienta en una silla poco elevada. Doblado el antebrazo en ángulo recto con el brazo, y este en dirección horizontal, fíjanse por encima del codo, con las vueltas de venda fuertemente, apretadas, las dos puntas de una toalla doblada en corbata, de tal manera que la parte mediana quede libre por debajo del codo, y forme una especie de anillo en el cual se pasa un lazo sobre cuyas puntas los ayudantes practican tracciones. De este modo preparada la extensión, prodúcesela contra-extensión pasando por debajo del brazo del lado dislocado una sábana doblada a lo largo en cuatro dobleces, cuyas extremidades una va por delante, la otra por detrás del pecho, a juntarse sobre el hombro del lado sano; y estas se confían a ayudantes vigorosos o se atan a algún objeto bien sólido. Procédese entonces a las tracciones de una manera lenta y regular. El operador, colocado del lado externo del miembro, sigue con la mano los movimientos impresos a la cabeza del húmero, y, cuando cree que ha llegado a la altura de la cavidad glenóidea, la dirige hacia arriba y hacia afuera, recomendando a los ayudantes que practiquen tracciones oblicuas hacia abajo, esto es, que abajen el brazo de modo a aproximarlo al tronco. El operador puede contribuir a los efectos de esta maniobra, empujando hacia arriba la cabeza del húmero con sus manos colocadas en la axila.

2014 - Guia Médica Siglo XIX. Aviso Legal