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INFLAMACIONES

PERICARDITIS AGUDA


Anatómicamente la enfermedad es caracterizada al principio por la rubicundez del pericardio; más adelante por la hidropesía del pericardio más o menos abundante, por las falsas membranas que lo cubren parcialmente o en totalidad; y últimamente, en el estado crónico, por las adherencias del pericardio y transformación cartilaginosa de sus paredes.

La pericarditis sobreviene ya en medio de una salud completa, ya se declara en el curso de otra afección (reumatismo, pleuresía, escarlatina, viruela, etc.); es sobre todo frecuente en el reumatismo agudo.

Síntomas.

La pericarditis aguda principia por calofríos, fiebre, ansiedad, tos seca, palpitaciones, disnea, respiración frecuente.

En el mayor número de casos no hay dolor precordial; cuando el dolor existe, la pericarditis se halla complicada con pleuresía.

Si, en el caso de derrame un tanto abundante en el pericardio, se aplica el oído sobre el lado izquierdo del pecho, no se percibe el ruido respiratorio que se oye en el estado normal. Los golpes del corazón no son superficiales como en el estado de salud, y muchas veces ruidos anormales los ocultan. Estos tienen lugar, unos en el corazón: son los ruidos de fuelle y de lima; los demás existen en el pericardio: son los ruidos de roce, cuya fuerza y asperidad están en relación con el espesor y desigualdades de las falsas membranas que los ocasionan; son ruidos comparados a los que se producen rozando entre los dedos tafetán o papel; o sino son ruidos de cuero nuevo, comparados a los que produce la presión del jinete en una silla nueva.

En el derrame la percusión del pecho produce son macizo; el tórax se pone más convexo.

Tratamiento.

Las emisiones sanguíneas no están indicadas sino cuando existe gran opresión en el pecho; y aun en este caso no se debe recurrir a la sangría del brazo, sino únicamente a la aplicación de las sanguijuelas o ventosas escarificadas.

Cuando la enfermedad es incipiente, y cuando no existe aun derrame en el pericardio, adminístrense dos cucharadas, de 2 en 2 horas, de la poción de digital de Jaccoud. Suspéndase la poción así que el pulso se haya debilitado. Para bebida usual, limonada o naranjada. La digital no conviene sino al principio de la enfermedad.

Cuando el derrame está ya formado, o cuando la pericarditis se manifiesta durante el curso del reumatismo articular agudo, adminístrese la poción contra-estimulante de Laennec durante uno, dos o tres días. Auxilíese la absorción del derrame con vejigatorios volantes en el pecho, y con la poción siguiente, de que se toman dos cucharadas de 2 en 2 horas: Infusión de enebro 250 gramos, jarabe de goma 30 gramos, acetato de potasa 2 gramos.

Si la pericarditis viniese acompañada de gran postración, adminístrese a cucharadas la mixtura tónica de Jaccoud.

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