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INFLAMACIONES

LARINGITIS ULCEROSA


Inflamación de la laringe con ulceraciones. Las alteraciones anatómicas consisten en las ulceraciones de las cuerdas vocales, de los ventrículos de la laringe, de la epiglotis, y en la destrucción de los cartílagos. Esta enfermedad puede existir sola, esto es, limitada a la laringe, pero a veces acompaña el desarrollo de tubérculos en el pulmón: en este caso se le da el nombre de tisis laríngea.

Cuando existe aislada, puede ser debida a causas generales de la laringitis, exposición repentina al frío, fatiga excesiva del órgano de la voz, uso inmoderado de las bebidas alcohólicas, excesos de todo género; muchas veces depende del virus sifilítico que existe en la economía.

Los síntomas locales de toda laringitis ulcerosa son: dolor en la laringe, alteración de la voz, atonía, tos, respiración más o menos dificultosa, expectoración de esputas pegajosos, sanguinolentos o purulentos, con fragmentos pequeños de pus concreto o de cartílagos. Las ulceraciones de la laringe a veces pueden ocasionar el edema de la glotis y fenómenos de asfixia. Los síntomas generales consisten en fiebre lenta, hastío, enflaquecimiento y marasmo cuando la laringitis ulcerosa está complicada con los tubérculos pulmonares, y constituye lo que se llama tisis laríngea; los síntomas no presentan gravedad cuando la laringitis es simple u ocasionada por el virus sifilítico.

Tratamiento.

Fumigaciones de infusión de Pores de malva. Aspiraciones de brea. Fumigaciones con vapores de infusión de estramonio, con vapores de benjuí quemado sobre ascuas. Vejigatorio en el cuello o en la región superior del pecho. Jarabes de trementina, de yemas de abeto, de Desessarts, de felandrio. Cocimiento de liquen de Islandia. Pasta de liquen islándico. Infusión de amapolas.

Para calmar la tos emplear los narcóticos: las preparaciones de opio, lactucario, acónito. Jarabe diacodión. Jarabe de lactucario. Píldoras de codeína. Aceite de hígado de bacalao internamente y en fricciones en el cuello. Emplasto de cicuta. Aplicaciones en el cuello de tintura de iodo. Fricciones en el cuello con pomada espinada, con aceite de crotón tiglio. Cauterización de la garganta con la solución de nitrato de plata, con esponja llevada en una varilla de ballena nitrato de plata cristalizado, 1 gramo; agua, 4 gramos. Insuflación en las fauces con polvo de alumbre mezclados con azúcar en partes iguales; o los polvos siguientes: nitrato de plata en polvo, 30 centigramos; azúcar, 2 gramos.

Régimen nutritivo, habitación sana. Evitar el frío y la humedad. Aguas sulfurosas en bebida, inhalaciones y gargarismo. Caldas de Panticosa, Ledesma y otras aguas sulfurosas.

En presencia de un enfermo que tiene una laringitis crónica, y en el cual se sospecha la existencia de ulceración en la laringe, conviene averiguar si estos desórdenes anatómicos son la consecuencia de inflamación pura y simple, o si dependen del vicio sifilítico. En esta última suposición bueno es administrar internamente las preparaciones mercuriales, y sobre todo las píldoras de protoioduro de mercurio de Ricord, o el licor de Van Swieten.

Si la laringitis ulcerosa estuviese acompañada de síntomas de tisis pulmonar, hágase el tratamiento de esta última enfermedad, en unión con los medios locales o generales indicados contra la laringitis ulcerosa.

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