INFLAMACIONES

AMIGDALITIS, ANGINA TONSILAR

Inflamación de las amígdalas.

Está caracterizada por la hinchazón, dureza y rubicundez de dichas glándulas. Puede ser aguda o crónica. La amigdalitis aguda ocasiona fiebre, imposibilidad de tragar, dolor durante la deglución, voz gutural, hinchazón y dolor en la región submaxilar.

A veces ocasiona abscesos en las amígdalas, que se abren naturalmente, o que es preciso abrir a bisturí. Estos abscesos pueden ser acompañados de accesos de sofocación.

La amigdalitis crónica produce a menudo la hipertrofia de las amígdalas, y ocasiona frecuentes recaídas de amigdalitis aguda.

El tratamiento de la amigdalitis leve es el mismo que el de la angina sencilla. En los casos graves se aplicarán sanguijuelas en el cuello. Un vomitivo de 5 a 15 centigramos de emético, debe darse al principio, y si se forma un absceso, conviene repetir el vomitivo, porque las contracciones de la faringe, producidas en los esfuerzos, pueden romper el absceso y aliviar al enfermo.

Contra la hipertrofia de las amígdalas, se emplean las insuflaciones de alumbre en polvo, la cauterización repetida con el nitrato de plata, los gargarismos astringentes; pastillas de Dethan y por último, la escisión completa de las amígdalas. Pero esta operación no debe ser practicada sino en los individuos expuestos a frecuentes recaídas, inútilmente tratados por los medios más arriba indicados, y siempre cuando las amígdalas hipertrofiadas ocasionan grandes incomodidades.