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HERIDAS Y ÚLCERAS

HERIDAS POR ARMAS DE FUEGO


Tratamiento.

Hacer las divisiones necesarias. Cortar las partes contusas pendientes. Extraer los cuerpos extraños. Los granos de pólvora incrustados en la piel se sacan con la punta de una aguja; frótanse después las heridas con aceite.

Atajar la hemorragia por la compresión, aplicación de hilas mojadas en agua fría o en la solución de percloruro de hierro a 15°, o por la ligadura de las arterias, según el género de la hemorragia.

Curar la herida con hilas secas o mojadas en aguardiente alcanforado. Precaver los fenómenos inflamatorios con irrigaciones continuas de agua tibia. Si la tumefacción inflamatoria viene a desarrollarse, combatirla con cataplasmas de linaza o de fécula. Después de establecida la supuración, curar la herida con paño untado con cerato o glicerina.

Reconócese la existencia de la bala por medio de un estilete de porcelana redondeado en forma de bola en su extremidad. Si esta bola tropieza con la bala, presentará una marca negra.

Cuando el proyectil separa enteramente el miembro, raro es que sea entera la amputación: preciso es entonces practicarla en seguida del accidente en las parles más próximas de la herida. La amputación está además indicada cuando los músculos están magullados y los huesos quebrantados en vasta extensión.

Sea cual fuese la herida, si se pone pálida, emplear aplicaciones estimulantes, tales como el ungüento de Arceo, bálsamo samaritano, ungüento digestivo, ungüento de, la Mere, basilicón, ungüento de estoraque, de Genoveva. Lavar la herida con aguardiente alcanforado, con tintura de árnica. Dividir las aponeurosis si se teme el estrangulamiento. Si la supuración es abundante y fétida, purificar con la solución de cloruro de cal el cuarto del enfermo, el aparato, la cama; y lavar la herida con la mezcla a partes iguales de agua y licor de Labarraque, o con agua fénica.

El lugar de las heridas en el ojo, corazón, hígado, etc., exige modificaciones en el tratamiento.

Las complicaciones exigen también cambios en la curación; pero, en general, las reglas fundamentales que hemos explicado deben ser observadas.

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