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FORMAS MEDICINALES

BAÑOS DE AGUA


Los baños se distinguen en fríos, templados y calientes:

Los baños fríos, cuya temperatura es más baja que +18° centigrados, son tónicos. Los baños de agua corriente se emplean ventajosamente contra las escrófulas, hipocondría, histerismo, amenorrea, raquitismo, etc. Los baños fríos no convienen durante la menstruación. Las personas afectadas de aneurismas, de flegmasías, las que están sujetas a hemotísis, deben igualmente abstenerse de ellos.

Los baños de mar son todavía más tónicos que los de agua corriente, a causa de los clorhidratos de sosa y cal que contienen, que concurren a producir la excitación viva de todo el sistema cutáneo, y a estimular toda la economía. Los semicupios fríos, a menudo han cortado las hemorragias uterinas o flujos hemorroidales abundantes. Los pediluvios fríos han sido útiles en las torceduras, luxaciones, etc.

Los baños templados son aquellos cuya temperatura es de 25 a 30° centigrados; son emolientes calurantes. Convienen en las fiebres inflamatorias, en las flegmasías abdominales y cutáneas, en el primer período de la disentería, en la nefritis, peritonitis, reumatismo agudo, irritaciones nerviosas, espasmos, insomnios, cólicos, enfermedades sifilíticas tratadas por el mercurio, etc. Estos baños son también útiles para facilitar los partos.

Los baños calientes, aquellos cuya temperatura es de 31 a 40° centigrados, son excitantes, sudoríficos y revulsivos. Aconséjense en los reumatismos crónicos, en ciertos casos de sequedad de la piel acompañada de síntomas de irritación de algún órgano interno; para favorecer la erupción del sarampión, provocar las hemorroides, etc. La temperatura ordinaria de un baño caliente debe ser de 33° a 35° centigrados. Los pediluvios calientes se emplean para provocarlos menstruos y loquios suprimidos, para evitar las afecciones cerebrales, etc.

Los baños de vapor son poderosos sudoríficos y excitantes cuyas propiedades se aprovechan en las mismas circunstancias en que lo son las de los baños calientes, y particularmente en la sarna, sífilis, dolores osteóporos, reumatismos crónicos, contracturas musculares, falsas anquilosis, ciertas neuralgias, gota, laringitis y amenorrea. Estos baños pueden ser de vapor acuoso simple o aromático.

Cuando se administran estos baños en gran escala, acostúmbrase usar un aparato propio, al cual se hacen llegar vapores de agua común, o de alguna infusión de plantas aromáticas; pero en las casas particulares este aparato es sustituido por un tubo de guta percha o de metal, convenientemente encorvado, para poder tener una extremidad dentro de un vaso de agua hirviendo, y la otra entre las sábanas de la cama del enfermo.

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