FORMAS MEDICINALES

ACEITES VOLÁTILES

Los aceites volátiles se producen por destilación juntamente con las aguas destiladas y excepto leves modificaciones, se obtienen generalmente por los mismos procedimientos.

Para conseguir los aceites volátiles, se emplean de ordinario las plantas en proporción relativamente mayor, y se renueva repetidas veces la destilación, valiéndose para alimentar el alambique, del agua aromática obtenida en la anterior operación.

Se emplearán preferentemente las plantas frescas, por suministrar producto más abundante y suave. En cuanto a las maderas y cortezas, una maceración más o menos prolongada en agua deberá preceder la destilación.

Algunas esencias, cuales son la de naranja, de limón, de cidra, etc., pueden prepararse ventajosamente por simple expresión de la corteza exterior y amarilla de estas frutas, resultando más suaves que las que proceden de destilación.

Varios aceites volátiles no se encuentran formados en los vegetales: se originan, en presencia del agua, de la acción recíproca de ciertos principios inmediatos; tales son los aceites volátiles de almendras amargas, de mostaza, de lauroceraso, etc.

Para recoger los aceites volátiles, se emplea el aparato llamado recipiente florentino. El agua destilada, al correr del alambique al recipiente, atraviesa el agua saturada: se separa el aceite esencial, y el que es más pesado que el agua, se posa en el fondo del vaso, de donde se saca por decantación; el que es más ligero que el agua sube a la superficie del líquido, de donde se extrae por medio de una pipeta. En todo caso, se dejará en reposo el líquido saturado hasta completa separación del aceite esencial.

Altéranse al aire las esencias y a la luz, siendo preciso conservarlas en frascos tapados y en lugares oscuros.