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FIEBRES

ESTUDIO DE LA INFLUENZA DEL PROFESOR CORNIL


El profesor Cornil ha hecho el estudio y la investigación de esto microbio y dado a conocer una parte de sus experiencias:

Si se toman con pureza algunas gotas de sangre en el dedo de un enfermo en pleno período febril de influenza y se inoculan en la vena de la oreja de un conejo sano, presenta poco después un aumento de temperatura. La fiebre en el conejo no pasa de 40° y algunas décimas; el animal como poco, parece enfermo y adelgaza. Si se examina su sangre por el método de las coloraciones o de las culturas, se encuentra en ella una cantidad enorme de bacilos pequeñísimos, cuyo mayor diámetro llega apenas al vigésimo del diámetro de un glóbulo rojo de la sangre. Las culturas de esta sangre hechas en caldo azucarado inoculadas en la sangre de otro conejo le transmiten muy fácilmente la enfermedad.

Si se vierte en las narices de un mono en buena salud una o dos gotas de cultura semejante, la fiebre se enardece en poco tiempo. Siendo la temperatura inicial de 37,6° se eleva en 24 horas a 38,5° y al mismo tiempo el animal está triste y enfermo. A las 48 horas, la fiebre llega a 39,5° y el mono se ve atacado de diarrea abundante. En este momento hay en la sangre enorme cantidad de pequeños bacilos en todo semejantes a los depositados en mínima cantidad en las fosas nasales.

Los días siguientes, la temperatura cae súbitamente por bajo de la normal; el animal sigue enfermo y los bacilos de la influenza persisten en la sangre.

Hay conejos que, aparte de su enflaquecimiento, parecen curados de la influenza y presentan todavía, diez y siete días después del principio de la enfermedad, bacilos en la sangre.

Los mismos hechos se observan en el hombre; pasada la fiebre, la sangre de los enfermos continúa siendo infecciosa y conserva bacilos de influenza. Lo cual explica, sin duda, la longitud de la convalecencia, la facilidad de las recaídas y la extrema frecuencia de las complicaciones sobrevenidas en este período de la enfermedad.

Hemos vuelto a encontrar en estado de pureza este pequeño bacilo en la sangre de muchos enfermos atacados de influenza en el período febril o apirético y en los productos de su expectoración.

Este microbio es muy difícil de distinguir a causa de su extrema pequeñez y de la dificultad de su impregnación por las materias colorantes. Se cultiva lentamente a 37° en el caldo azucarado, pero se transmite difícilmente de cultura en cullura.

Tal es el resumen de los estudios del Dr. Cornil, los más completos hasta el presente, sobre el microbio de la influenza.

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