ENFERMEDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO

TRATAMIENTO DE LA TISIS PULMONAR

Los agentes farmacéuticos son auxiliares útiles, pero a la higiene sobre todo se debe recurrir para curar la tisis. El enfermo debe ser colocado en las mejores condiciones respecto del clima y de la habitación; esta es más preferible en el campo que en la ciudad; aposento espacioso.

Alimentación nutritiva y variada. Leche de vaca, de cabra, de burra; huevos; ostras. Papas de tapioca, de arrowroot, de harina de maíz; caldo espeso de cebada perlada cocida, endulzado con azúcar y aromatizado con agua de flor de naranjo; café con buena leche; costillas de carnero; sopas de carne de vaca, carne de vaca asada y con mucha sal; comidas saladas; jaleas de carne; vino de Málaga, de Oporto, de Burdeos.

Vida activa, pero no fatigosa. Hacer uso de la hidroterapia, de la gimnástica. Ejercicios de equitación y otros apropiados a las fuerzas del enfermo.

En todas las épocas de la enfermedad, si las fuerzas lo permiten, el enfermo, de tres a cuatro de la tarde, dará un paseo al aire libre, a pie, a caballo o en cuche.

Evitar el canto, los instrumentos de viento, las conversaciones prolongadas. Privarse de las distracciones y recreos que no pueden gozarse sino a expensas del sueño.

Pero de todos los medios aconsejados contra la tisis, el mejor es el cambio de residencia. La isla de Madera es considerada como una de las mejores localidades; después vienen, en España, Alicante, Elche, Almería, Málaga, la sierra de Córdoba, algunas localidades de la alta Extremadura; en los demás países, Niza, Hyeres, Cannes, Florencia, Roma, Pisa, Venecia y Nápoles.

Los médicos antiguos abrían fontículos en los brazos que mantenían abiertos largos años, a fin de curar o de evitar la tisis. La experiencia desaprueba semejante práctica, que disminuye las fuerzas, altera la constitución, y produce resultados opuestos a los que se trata de obtener.