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ENFERMEDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO

PLEURESÍA AGUDA


Anatómicamente es caracterizada por la rubicundez de la pleura al principio de la enfermedad. Algunos días, o apenas algunas horas después, fórmase un derrame en la cavidad pleural, cuya cantidad varía de 30 gramos a 6 u 8 litros. El líquido derramado es de color cetrino o verdoso. Más tarde el interior de la pleura se cubre de exudaciones membranosas que ligan una a otra las pleuras costal y pulmonar en una sola parte o en la totalidad de su extensión.

El derrame obra forzosamente sobre los órganos inmediatos, aplana el pulmón, lo comprime, y en los casos extremos este órgano puede presentarse bajo la forma do una masa rojiza y contraída, aplicada sobre los lados de la columna vertebral. Muy a menudo, sobre todo cuando el derrame tiene su asiento en el lado izquierdo, el corazón se encuentra desviado de su posición normal.

El derrame puede faltar, y la pleuresía se llama seca.

Síntomas.

Pleuresía con derrame.
Dolor punzante en uno de los lados del pecho, que aumenta con la inspiración, con los esfuerzos de la tos y con el movimiento del tronco; respiración difícil; tos seca con poca expectoración; pulso acelerado; el termómetro marca en el axila 38° a 40°.

A estas señales se juntan las que proporcionan la auscultación y la percusión; la resonancia, que debería tener el pecho golpeado, falta en toda la extensión abrazada por el derrame; la gran disminución o la carencia total del murmullo respiratorio, la aparición, la desaparición, reaparición de la egofonía (voz trémula), son signos por las cuales el estetoscopio anuncia la existencia del derrame pleurético, y da su extensión.

Cuando se manda hablar a un enfermo mientras que se tiene el oído aplicado contra el pecho a la altura del derrame, la voz llega al oído más aguda, más áspera que la voz natural, es temblona, saltona como la de la cabra; a este sintonía se aplica el nombre de egofonía. Es el efecto de la resonancia natural de la voz en las ramificaciones brónquicas, trasmitida a través de una capa delgada vibrante del líquido derramado. La egofonía desaparece cuando el derrame disminuye o se hace muy considerable.

Pleuresía seca.
Anunciase por un ligero movimiento febril, acompañado por disnea y de un dolor de costado. Las expansiones del tórax están disminuidas y el murmullo vesicular debilitado, porque instintivamente el enfermo retiene su respiración a fin de no aumentar el dolor. Existen también ruidos de roce, debidos a la sequedad y aspereza de las superficies pleuréticas que se deslizan una sobre otra; estos roces se oyen en los dos tiempos de la respiración. El pecho es sonoro a la percusión y no existe egofonía, porque no hay derrame de líquido.

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