ENFERMEDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO
LARINGITIS DIFTÉRICA, MEMBRANOSA O DIFTERITIS
También conocida como crup.
Especie de laringitis, contagiosa y grave, de marcha rápida, caracterizada anatómicamente por la formación de una membrana en las vías aéreas.
Se observa sobre todo en los niños de 2 a 8 años. Principia por un estado febril simple, calofríos, calor de la piel, frecuencia del pulso, tristeza; otras veces entra con un romadizo, abatimiento insólito, enrojecimiento de los ojos, lagrimeo y dolor de garganta. Estos fenómenos duran de 4 a 5 días.
Repentinamente se presenta la tos acompañada de ronquido, especialmente durante la noche; muchas veces el niño se despierta asaltado por una sofocación inminente. Explorando la garganta, obsérvase entonces rubicundez más o menos viva, hinchazón de la úvula y de las amígdalas, y se descubren placas membranosas que cubren estos órganos.
La respiración se hace estruendosa, precipitada; la cara se enrojece y palidece alternativamente, el pulso es frecuente, el calor grande, la ansiedad extrema. El niño siente un vivo dolor en la laringe, y parece que quiere arrancar con la mano el obstáculo que le impide la respiración. Algunos momentos de reposo son seguidos después de exacerbaciones espantosas, durante las cuales se oye de lejos una respiración sibilante.
La tos y los vómitos expelen muchas veces materias gruesas, pegajosas, mezcladas con fragmentos membraniformes. Las exacerbaciones más frecuentes, la respiración convulsiva, la supresión de la expectoración, el abatimiento y les sudores fríos preceden algunos instantes a la muerte, que es frecuente en esta enfermedad.
La duración del crup es de 4 a 5 días. Después de la muerte se encuentran membranas cenicientas, más o menos extensas, que cubren la mucosa de las vías respiratorias, y determinan la asfixia interceptando el paso del aire, Estas concreciones mórbidas existen comúnmente en la laringe y en la tráquea; a veces, sin embargo, se extienden hasta los bronquios y a sus ramificaciones. En algunoss casos la obstrucción no es completa, pero sí suficiente a hacer difícil la hematosis, y a producir, por consiguiente, la asfixia.
