ENFERMEDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO

ASFIXIA DE LOS RECIÉN NACIDOS

Estado de muerte aparente o inminente, debido a la extrema debilidad del niño, en el cual la respiración, indispensable al nuevo modo de existencia, no se establece de una manera conveniente.

Este estado se observa por lo común en los niños delicados, o que han perdido mucha sanare al nacer. El niño está pálido; en la apoplejía, por el contrario, tiene la piel encarnada, y el rostro hinchado, azulado, el cuerpo lleno de sanare y con manchas negruzcas.

Si el niño está pálido, con la cara fría y los miembros flojos, hé aquí lo que debe hacerse: ligar el cordón, después o antes de la sección; hacer fricciones con bayeta seca, o empapada en vino o en aguardiente, sobre el pecho, espaldas, palmas de las manos y plantas de los pies; meterle en un baño caliente, y después de retirado del baño envolverle en paños calientes y secos; aproximarle a las ventanas de la nariz el tapón humedecido de un frasco de amoniaco o de éter, o un pañuelo empapado en vinagre; irritarle las fosas nasales con las barbas de una pluma; por este mismo medio desembarazarle la boca y garganta de las mucosidades que puedan existir.

El galvanismo debe ser reservado para los casos extremos. Todos estos medios se deben seguir al menos por espacio de una hora.

Pero si el cuerpo estuviese encarnado, el rostro hinchado y violáceo, las conjuntivas inyectadas, si existiese rigidez de los miembros, o convulsiones, se dejará correr del cordón una cucharadilla de sangre, y después se harán fricciones, si el primer medio no hubiese bastado para reanimar al niño.