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ELECTRICIDAD

DESGASTE DE LOS TUBOS DE CROOKES


Bueno es saber que ciertos tubos al principio excelentes se gastan pronto; el defecto está en la construcción de los electrodos. Ciertos operarios, en lugar de poner hilos o láminas de aluminio calientes y batidas toman el metal como se halle, de modo que los poros a veces tienen alguna cantidad des gases. Y como los electrodos y principalmente el cátodo se calientan mucho, sucede que el metal desprende vapores que sustituyen el vacío. El tubo en que acontezca ese fenómeno es tubo perdido.

Con el tiempo llegan a ser oscuros los tubos y pierden el lustre en el sitio donde el vidrio recibe las ondas de Roentgen. Al mismo tiempo el vidrio absorbe algo de la materia que antes contenía: así llega a ponerse tan duro que ya no pasa la corriente. Para poder utilizarle hay que someterlo por algunos instantes a la llama de una lámpara de alcohol, con lo que sale del tubo una cantidad de materia bastante para reproducir las vibraciones luminosas.

Dícese que los focus son muy activos pero que tienen sus inconvenientes. El principal de éstos es el sufrir muy pronto la rarefacción de que acabo de hablar, necesitándose el empleo constante de la lámpara de alcohol. Para evitar esto sería preciso armar el tubo de modo permanente sobre una trompa de Springei, que funcionaría de modo regular cuando el aparato trabajase: pero esto no puede hacerse en un laboratorio.

Para el uso corriente es más ventajoso emplear los tubos designados con los números 3 y 4 de los párrafos precedentes: su uso es más lento y regular. El focus tiene otro inconveniente, y es que si por acaso se incurre en una equivocación de electrodo, poniendo el negativo sobre el ánodo de platino, éste funciona como cátodo y emite vapores de negro de platino que ensucian de humo el vidrio. Un tubo en que esto acontece pierde muchísimo de su valor actínico.

La reflexión de los rayos del cátodo calienta mucho la parte del tubo en que da: de modo que, como el poder actínico de un tubo es directamente proporcional al calórico desprendido, sírvome también de este medio empírico de apreciación para escoger los tubos y calificarlos.

Conviene saber que los tubos de vacío son muy sensibles a las chispas; por consiguiente deben ser resguardados de cualquiera imprevista acción del carrete, pues sin esta precaución minuciosa se corre el riesgo de que salte una chispa a través del vidrio y lo quiebre. Por consiguiente no se debe poner en movimiento el carrete hasta después de asegurarse de que los hilos están en sus respectivos lugares.

Un buen consejo, para terminar: hay en el comercio gran cantidad de tubos que no tienen valor alguno; por tanto no se deben comprar los tubos sino a condición hasta después de experimentarlos sacando algún cliché.

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