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ELECTRICIDAD

DURACIÓN DE LA DESCARGA DE LOS ACUMULADORES


Nota que en la Academia de Medicina de París, en la sesión del 18 de noviembre de 1884 leyó el Sr. León Labbe, individuo de la Academia.

En cuanto a la duración de la descarga de estos acumuladores, es inversamente proporcional a la cantidad de electricidad que absorbe el cauterio empleado. Los cauterios ordinarios (flechas, cuchillo, asa galvánica) absorben una cantidad de fuerza eléctrica igual a 25 a 28 amperes horas: el acumulador cuya fuerza es sólo de 20 amperes horas, agotará su provisión en 40 o 45 minutos. Excepto en casos muy raros, no hay operación en que el empleo de la corriente galvanotérmica tenga una duración efectiva tan larga. Nada impide, por lo tanto, que se tenga otro grupo de respeto si lo exigen las condiciones operatorias.

En el caso de iluminación médica, no necesitando la lámpara para funcionar sino una fuerza de 1 ampere hora, durará la provisión eléctrica, como se ve, de 10 a 20 horas, según se empleen 1 o 2 acumuladores.

Sábese que la fuerza de la pila quirúrgica de bicromato de potasa se proporciona sumergiendo más o menos las láminas de zinc y carbón en el líquido activo. No así con este acumulador, cuya descarga sigue afectuándose de un modo sensiblemente uniforme desde el principio hasta el fin. Siendo pues la temperatura quirúrgica por excelencia la del rojo oscuro, débese hacer cuanto se pueda para mantener los cauterios en este grado, lo que es fácil con las pilas de bicromato; con los acumuladores sólo es posible de dos maneras:

1° Empleándose un reostato, instrumento especiamente útil cuando no se necesita desenvolver sino poca fuerza, como sucede en los cauterios pequeños o la lámpara médica.

Cuando se necesite emplear grandes cauterios, preferimos servirnos del siguiente aparato, con el cual no hay ninguna inútil transformación de la corriente.

2° Intercálase en el circuito una rueda igual a la rueda Masson. Fíjasela en la caja, y según su rotación más o menos rápida, se templa más o menos la intensidad de la corriente, de modo que permanecen los cauterios en la temperatura que se quiere (rojo oscuro, rojo cereza, rojo candente, etc.).

Cuando agotaren les acumuladores su provisión, se volverán a cargar de dos maneras:

1° Con máquinas dinamo-eléctricas, en casa del fabricante.
2° O en el gabinete del clínico, por medio de 5 o 4 elementos de pila de fuerza electro motora un poco superior a dos acumuladores y de un gasto medio de 12 amperes horas por kilogramo.

Inventamos un dispositivo cómodo y duradero empleando la pila de sulfato de mercurio.

En fin, el galvanocauterio con acumuladores conserva siempre todas las propiedades de la pila galvanocaustia sin tener sus muchos inconvenientes. El progreso de este notable medio quirúrgico consiste sobre todo en utilizar con provecho y talento los acumuladores.

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