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DIAGNÓSTICO DE ENFERMEDADES

CARACTERES FÍSICOS DE LA ORINA


Los más importantes para el diagnóstico de las enfermedades son: el color, el olor, la transparencia y el peso específico.

1° Color.

La orina pálida se observa en las fiebres agudas, en las convalecencias, en el diabetes, en la clorosis, en la anemia. Obsérvase también en los individuos sanos, después de haber bebido mucha agua o cerveza. La orina es pálida, pero turbia en la nefritis albuminosa crónica.
Las orinas oscuras, rojas o rojizas, indican que son ricas en materias sólidas, en urea. etc. Se presentan siempre en las fiebres hécticas, algunas veces en las personas sanas después de un largo reposo. En ciertos casos deben el color a su mezcla con sangre en la hematuria.
Las orinas cenicientas o negras demuestran la presencia de un pigmento anormal, de sangre, o de exceso de la materia colorante de la orina misma. A veces este color es accidental y ocasionado por la acción de algunos medicamentos, ruibarbo, sen, moras, frambuesas, etc.

2° Olor.

El olor fuerte amoniacal de la orina se observa en la fiebre tifoidea.
Diversas sustancias comunican a la orina en el estado de salud olores particulares; así la esencia de trementina le presta olor a violetas, el espárrago olor fétido, la copaiba olor resinoso muy subido.

3° Transparencia.

La orina normal es comúnmente clara, pero después de un largo reposo se enturbia y deposita un sedimento de composición variable.
Las orinas turbias obsérvanse en el estado febril agudo, y en el período del calor de las fiebres intermitentes.
Ocurre muchas veces en el estado de salud que las orinas se enturbian, se hacen blanquecinas, semejantes a las de los cuadrúpedos mayores. Esto consiste en la existencia de mucosidades, de urato de amoniaco en polvo, o de ácido úrico cristalizado.
Una indigestión o un simple descenso de temperatura pueden producir este efecto. A consecuencia de una abundante comida, de un ligero exceso de bebidas alcohólicas, la orina se enturbia y deposita una cantidad más o menos consideradle de ácido úrico y de urato de amoniaco. Lo mismo se observa en algunas personas después de una larga caminata, o después de una abundante transpiración.
Esta modificación de la orina, cesando no está acompañada de otros síntomas, no anuncia estado enfermo; desaparece con el cambio de régimen o de temperatura.

4° Peso específico.

El peso específico y la densidad de la orina de un hombre sano es por término medio, 1,020, y 1,010 en la mujer sana.
Generalmente el peso específico de la orina aumenta en las enfermedades inflamatorias agudas, y disminuye en las crónicas.

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