CLASIFICACIÓN DE LOS MEDICAMENTOS

EMOLIENTES, DEMULCENTES, DILUENTES, RELAXANTES

Los emolientes son medicamentos que se emplean para ablandar los tejidos con los cuales son puestos en contacto, y amortiguarles la sensibilidad. En general, no tienen sabor, ni olor, o son de sabor viscoso y dulce. Su manera de actuar depende mucho del agua que les sirve de vehículo. Cuando son aplicados externamente, sobre un tumor inflamado, por ejemplo, su propiedad, por decirlo así, es perceptible a la vista; los tejidos se ponen en seguida más blandos y menos sensibles. Por la influencia de su empleo interno, la sangre se hace menos espesa, los sólidos adquieren complexión más blanda, y de aquí proceden los nombres de diligentes y de relaxantes que a veces suele dárseles. Los emolientes convienen en todas las inflamaciones agudas, fiebres inflamatorias, hemorragias activas, neurosis y en algunas afecciones crónicas. Están contraindicados cuando existe atonía e infiltración celular. Son:

Goma arábiga.
Goma alquitira.
Almidón.
Malvavisco.
Malvas.
Borraja.
Consuelda mayor.
Regaliz.
Manteca de cacao.
Linaza. Miel.
Fécula.
Miga de pan.
Cuerno de ciervo.
Verbasco.
Tusilago.
Amapolas.
Dátiles.
Azufaifas.
Higos secos.
Pasas.
Capilaria del Canadá.
Verónica.
Semillas de membrillo.
Leche de vaca, de cabra, etc.
Almendras dulces.
Aceite de almendras dulces.
Aceite de olivas.
Glicerina.
Grama.
Cebada.
Arroz.
Avena.
Salvado.
Zanahoria.
Carragahen.
Liquen de Islandia.
Especies emolientes.
Flores y frutos pectorales.
Huevos.
Caldo de pollo.
Manteca de cerdo.
Cera.
Cola de pescado.
Baños templados.