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ABSCESOS Y FÍSTULAS

ABSCESO CRÓNICO O FRÍO


Colección de pus formada sin inflamación evidente. A veces sobreviene solo un simple ingurgitamiento en el tejido celular, sin dolor; la hinchazón se hace blanda, fluctuante; la piel que lo envuelve se adelgaza, vuélvese lustrosa, violácea, rásgase; el pus fluye entonces.

A veces el absceso, después de adquirir un volumen considerable, disminuye repentinamente y desaparece sin dejar el menor vestigio. El absceso frío se desarrolla por lo común en los niños escrofulosos, en los individuos debilitados por diferentes causas.

Tratamiento:

Raras veces el pus desaparece espontáneamente; preciso es evacuarlo, por cualquiera de los siguientes medios:

1. Punción con bisturí. Debe ser oblicua a fin de impedir la entrada del aire en la cavidad del foco. Esta punción no es suficiente para curar la enfermedad; el foco no tarda en llenarse de pus; preciso es repetir la punción.

2. Incisión. Produce la cura con más segundad que la punción; debe ser grande a fin de que se puedan introducir hilas para provocar la inflamación del foco y su obliteración.

3. Las inyecciones con vino simple o aromático, con tintura de iodo mezclada con agua, con licor de Labarraque, actúan de la misma manera que las hilas, esto es, irritan la cara interna del quiste y producen la cicatrización.

4. La aplicación de la masa cáustica de Viena. No solo abre paso al pus, sino que también irrita ligeramente las paredes del quiste.

5. Sedal a través del tumor. A veces se necesita cortar los tegumentos despegados; curar la úlcera con basilicón, ungüento de La Mere, de estoraque, digestivo, de Areco, de Genoveva. Un tratamiento general debe ser empleado contra las causas probables del absceso frío: medicamentos tónicos, aceite de hígado de bacalao, preparaciones de hierro, régimen antiséptico, baños generales aromáticos, baños de mar, habitación sana, aire del campo.

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