ABSCESOS Y FÍSTULAS

ABSCESO AGUDO CALIENTE

Colección de pus que sucede a la inflamación aguda, siendo ésta caracterizada por la hinchazón, calor, rubicundez, dolores lancinantes, a veces fiebre; formado el pus disminuyen o cesan los dolores. Este absceso se presenta bajo la forma de un tumor más o menos voluminoso, duro por la circunferencia, blando y elástico en lo demás, sobre todo en el centro.

Tratamiento:

Cataplasmas de linaza o de fécula. Baños locales de agua tibia simples o con cocimiento de malvas. Posición elevada de la parte afectada.

En los abscesos muy dolorosos, acompañados de insomnio, cataplasmas anodinas o calmantes. Bebidas diluentes, refrigerantes: limonada de limón, naranja, cocimiento de cebada o de grama.

Punción o incisión en la parte más baja. Ábranse pronto los abscesos cuando están situados hondamente, o debajo de una grande aponeurosis inextensible, por ejemplo en la mano, en los dedos; cuando están próximos a una articulación, o a alguna cavidad esplénica. Comprímase después suavemente con la mano para expeler el pus.

Déjense abrir por sí mismos los abscesos superficiales, un poco extensos, como son los de la cara, cubriéndolos con cataplasmas de linaza, miga de pan, de fécula; con la cataplasma de harina de manioc o con emplasto de diaquilón gomado. Introdúzcase una mecha en la abertura de los abscesos profundos, a fin de impedir que se cierren; no es preciso introducirla en la abertura de los superficiales: evítese cuando sea posible la introducción de la mecha en los abscesos que estén en las partes descubiertas del cuerpo, para que la cicatriz no venga a ser muy marcada.

Abierto el absceso, continúese una de las cataplasmas emolientes ya indicadas, dos o tres días, esto es, hasta que desaparezcan los síntomas inflamatorios; después cúrese la herida con cerato simple, glicerado de almidón, esparadrapo común, tafetán, con hilas secas, o simplemente aplicando paños de hilo.