ABSCESOS Y FÍSTULAS
ABSCESO DE LA PALMA DE LA MANO
Hay tres variedades: absceso subepidérmico, subcutáneo y subaponeurótico.
El tratamiento, común a todos, consta de maniluvios de agua tibia, cataplasmas de linaza o de fécula. Suspéndase la mano con un pañuelo al cuello. Practíquese la incisión así que el pus estuviese formado.
En los abscesos subcutáneos y subaponeuróticos no siempre es fácil llegar a conocer la existencia del pus, a causa del espesor de la piel que no deja percibir claramente la fluctuación; el diagnóstico debe basarse en el dolor local que crece por medio de la presión, en la hinchazón, en los síntomas generales.
En los abscesos subaponeuróticos, la hinchazón no es proporcionada a la intensidad de la flegmasía.
Practicando la abertura de los abscesos profundos, el cirujano deberá acordarse que la arcada arterial ocupa el centro de la palma de la mano; a veces es preferible practicar la incisión capa por capa, para no ofender los vasos importantes.